Meritocracia, Capitalismo y Desigualdad: La Realidad de los Indígenas en Perú

Meritocracia y Capitalismo en Perú: La Ilusión de la Igualdad de Oportunidades

La meritocracia, definida como el éxito basado en el esfuerzo y el talento, es un concepto popular que, en teoría, promete igualdad de oportunidades. Sin embargo, en contextos como América Latina y particularmente en Perú, esta idea se ve desafiada por las profundas desigualdades inherentes al capitalismo.

En este artículo, exploramos cómo estas dinámicas afectan a las comunidades indígenas peruanas, que representan aproximadamente el 24% de la población (INEI, 2021), y enfrentan barreras en acceso a educación, empleo y recursos esenciales.

¿Qué es la Meritocracia y por qué no funciona?

La premisa de la meritocracia asume igualdad de condiciones para competir y sobresalir. Sin embargo, esta visión ignora las desigualdades estructurales que enfrentan las comunidades indígenas.

Según el Banco Mundial (2020):

  • Las comunidades indígenas en Perú tienen tasas de pobreza significativamente más altas.
  • El acceso a educación secundaria y superior es limitado, perpetuando un ciclo de exclusión.

Estas barreras impiden que la población indígena compita en igualdad de condiciones, desmoronando el mito de la meritocracia como un modelo justo en sociedades capitalistas.

Educación y Desigualdad: ¿Solución o Mito?

El educacionismo, la creencia de que la educación puede resolver la desigualdad, no se sostiene ante la evidencia. Estudios muestran que el éxito académico está directamente relacionado con el ingreso familiar. Es decir:

  • La riqueza genera mejor educación, no al revés.
  • Las familias con mayores ingresos pueden proporcionar estabilidad, tiempo y recursos para el éxito académico.

Por el contrario, para las comunidades marginadas:

  • La falta de estabilidad económica limita el aprovechamiento educativo.
  • Los egresados enfrentan un mercado laboral desigual y con pocas oportunidades.

Impacto del Capitalismo en América Latina

El capitalismo acentúa las desigualdades al favorecer a quienes ya tienen ventajas socioeconómicas. En Perú, las comunidades indígenas no solo enfrentan barreras económicas, sino también culturales y sociales que limitan su movilidad social.

La narrativa de que “el pobre es pobre porque quiere” ignora factores como:

Estas dinámicas perpetúan un ciclo de pobreza difícil de romper, especialmente en regiones donde las oportunidades son escasas.

¿Es la Inversión en Educación un Desperdicio?

La inversión en educación, aunque esencial, no aborda el problema raíz: la desigualdad estructural. Mientras no se resuelvan las barreras externas a la escuela, como la pobreza y la exclusión social, el impacto de la educación seguirá siendo limitado.

  • Un título universitario no garantiza empleo digno.
  • Las oportunidades laborales están ligadas a la posición socioeconómica, no al mérito educativo.

La solución no es solo mejorar la educación, sino también abordar las desigualdades sistémicas que limitan el acceso a las oportunidades.

Entonces si es la riqueza misma la que genera mejor educación y no, como se viene propagando desde siempre que la educación genera riqueza y por consiguiente que hay que concentrarse en educarse a todo dar, y exigir a los gobernantes que mejoren la educación, que construyan más y mejores escuelas; Que haya mejores profesores; porque solo con educación se puede salir adelante. Esa es una mentira que sugiere a los pobres que están en esa situación porque no se han esforzado lo suficiente. Esa mentira va siempre acompañada de un ejemplo de alguien que logró enriquecerse viniendo desde muy abajo. Y a su vez ignorando que el 99% no lo consigue.

¿De qué me sirve un título universitario?

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¿Qué pasa después de la educación? ¿De qué sirve un título universitario? Para uno de cada cuatro empleos es necesario un titulo universitario. El analfabetismo está casi erradicado en el Perú. Pero eso no ha hecho que la población tenga acceso a mejores empleos. 

Cuando se sale de las escuelas, los egresados se encuentran con el problema de la falta de oportunidades. Por más buena que sea la educación recibida, no tienen la posibilidad de una mejora en el estado financiero. La población está atrapada en la pobreza y el sistema no la deja salir de ahí.

El pobre es pobre porque quiere

Si tenemos en cuenta lo mencionado antes,  que los pobres no reciben una herencia, pagan más interes por sus créditos, compran a diario en pequeñas cantidades y toman malas desiciones, (por falta de buena educación). También está demostrado que no tienen acceso a una buena alimentación. Además de eso, sufren racismo, ya que hay grupos que están marginalizados. En países donde hay una hegemonía étnica grande, la brecha entre pobres y ricos es menor. 

Los pobres están más expuestos a la delincuencia, sufren más robos que los ricos y son mucho más víctimas de abusos laborales, ademas son más vulnerables a estafas y a sectas. Si se suman todos estos factores, se tiene claro que el pobre no es pobre porque quiere, si no porque tiene que ser. Prácticamente no le queda otra opción. (Investigación „La subcultura de la pobreza“ 1968).

Conclusión: Desigualdad Primero, Educación Después

El discurso de que la educación por sí sola puede resolver los problemas de desigualdad es una falacia que refuerza estereotipos dañinos. Para lograr un cambio real, es esencial:

  1. Abordar las desigualdades estructurales.
  2. Promover políticas inclusivas que prioricen el bienestar de las comunidades marginadas.
  3. Reconocer que la educación no es un fin, sino una herramienta dentro de un sistema que debe transformarse para ser justo.

Entonces, debemos aceptar que mientras no se corrija el problema de la desigualdad, el invertir en educación es prácticamente un desperdicio.

La idea de que si se quiere mejorar un país hay que mejorar la educación. Si se quiere cambiar de clase social, hay que invertir en educación. Se quiere que los ingresos de la gente sean más altos, hay que invertir en la educación. Existe una glorificación de lo determinante de la educación en las vidas de la gente. Es hora de aceptar que la educación no resuelve todos los problemas. Realmente muy pocos. 

Lo que hacen el estado y los medios de comunicación es delegarle constantemente la culpa a los pobres de su pobreza e ignorar el problema real que causa su situación y la cimienta.

Karlo Grados

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